Dan Burn, el espigado central de 32 años, hincha acérrimo del Newcastle, vive un cuento de hadas futbolístico. Esta semana, marcó un gol crucial en Wembley, dándole a las «Urracas» su primer título local en 70 años. Un sueño hecho realidad para el niño nacido en Blyth, Northumberland, que pasó por la cantera del club antes de ser descartado por «flaco y alto».
Pero la historia de Burn tiene un trasfondo de superación. En su adolescencia, perdió el dedo anular de su mano derecha en un accidente al intentar escalar una malla con púas, donde un anillo quedó atrapado. Un episodio del que poco habla, pero que marca su tenacidad.
Sueño hecho realidad
Antes de alcanzar la gloria, Burn compaginó estudios y fútbol regional con un trabajo en un supermercado hasta los 17 años. Tras ser liberado de la academia del Newcastle a los 11, labró su camino en clubes de menor calibre.
El destino le tenía reservada una revancha. En 2022, con el Newcastle al borde del descenso, Burn regresó a casa a los 29 años. Ayudó a mantener la categoría y ahora, coronó su sueño con un gol histórico en la final de la Copa de la Liga.
La guinda del pastel llegó con su primera convocatoria a la selección inglesa. «He tenido semanas peores«, bromeó Burn con Sky Sports tras la final, visiblemente emocionado. «No quiero irme a dormir porque siento que estoy soñando». La historia de Dan Burn es un ejemplo de perseverancia, pasión y cómo los sueños, a veces, tardan en cumplirse, pero cuando lo hacen, son aún más dulces.
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