El Instituto de Diseño Caracas (IDC) es uno de los centros educativos que cuenta, entre sus materias de enseñanza, con el diseño de moda. Ese centro de estudios superiores está celebrando su aniversario número 40 y quiso realizar una actividad destacada donde los alumnos pudiesen demostrar sus iniciativas y se acercarán a la realidad de un sector que tiene relevancia económica, sin perder sus vínculos con el arte.
El desfile tuvo como escenario la Escuela de Enfermería de la Universidad Central de Venezuela, que funciona en el edificio construido como sede para el noviciado del Corazón de Jesús, en Sebucán, por solicitud de la congregación Hermanos de La Salle. Siguiendo una estética arquitectónica francesa, se inauguró en 1933. En 1970 el edificio fue adquirido por la UCV.
Hoy día, esta obra forma parte del catálogo de edificaciones protegidas y se ha abierto a las actividades culturales. El desfile se realizó en la capilla, donde su techo abovedado, los pisos, el palco del coro, los escudos tallados en madera que identifican a la congregación que construyó la capilla, le dio cierto antagonismo, coincidiendo así con el planeamiento filosófico de la presentación.
La propuesta
La Escuela de Moda del Instituto de Diseño Caracas concibió esta actividad como un ejercicio didáctico que evidenció lo importante de las experiencias, porque permiten ampliar los puntos de vista, promover el trabajo de equipo y verificar si es factible llevar la teoría a la práctica.
Este primer Fashion Show se tituló “Antilogía”, palabra que significa la contradicción entre dos expresiones. Por eso la propuesta de las estudiantes transcurrió entre la dicotomía del claro-oscuro, el pasado-presente, lo clásico-moderno, un concepto que también incluye la selección del local, que no se hizo al azar, sino que planteó contradicciones en su uso y sin importar lo paradójico del arte, que allí continúa siéndolo.

Los temas
Se presentaron cuatro grupos y cada uno seleccionó un tema para enmarcar su propuesta. Los estudiantes del tercer semestre titularon su presentación Papiroflexia, por vincularla con los plegados propios del origami. Los del cuarto fijaron su mirada en lo que vendrá: Naturaleza futurista. Para los del quinto semestre el tema de lo femenino surgió con La mujer en la vanguardia, mientras que los del sexto nivel tuvieron como musa a Caracas.
La Coordinación de Antilogía correspondió a Melitza Gómez, quien es la coordinadora de moda del IDC. Junto a ella estuvieron las profesoras Verouska Vera, quien guio al grupo del tercer semestre; Arianna Castro, orientó al equipo del cuarto semestre; los del quinto trabajaron bajo la dirección de la profesora Krizta Manelli y la diseñadora María Fernanda Pulgar, quien también ejerce la docencia en el IDC, llevó de la mano al grupo del sexto semestre.
Los créditos

Papiroflexia fue desarrollado por Marisela de Barro, María Rosa Escobar, Mariana Villavicencio y María Eugenia Zambrano. Estefania Vieitote asumió en solitario el tema Naturaleza Futurista. Las del quinto semestre seleccionaron a mujeres que representan la vanguardia en cada época. Así tenemos que Mariana Cordero eligió a Josephine Baker; Carlota Wallis tuvo como fuente inspiradora a Zaha Hadid; Sabrina Andreu trabajó el dramatismo de Frida Kahlo; Ana Corina Quintero se sumergió en la obra de Yayoi Kusama; Christine De Las Heras recurrió a Margot Fonteyn, mientras que Valerie Lobo buscó en el Stylish Decó.
Mariana Floro, Adriana Asuaje, Nicole Esis, Jeny Torres y Natasha Capin integraron el grupo del sexto semestre con su propuesta sobre Caracas.
El make-up y estilismo estuvo a cargo de Ender Torres y su equipo de ABC School, quienes crearon junto al IDC una propuesta específica para cada grupo. El registro de la pasarela fue responsabilidad de NanakaPro y la post-producción de Thelos.
Pasarela del Instituto de Diseño Caracas

Este trabajo ha sido calificado por algunos como una osadía. Pero más allá de un atrevimiento, podríamos describirlo como un acercamiento a la realidad a través del aprendizaje. Las estudiantes no tuvieron obstáculos en presentar ante el público sus ideas creativas de manera libre.
Se vieron 45 modelos de distintas agencias, dirigidos por Alí Milá y al ritmo de DataPunk. Todos lucieron una caleidoscópica identidad, marcados por la dicotomía del claro-oscuro y lo clásico-moderno. Estas propuestas evidenciaron un autodescubrimiento constante, nutrido por la búsqueda de manifestaciones artísticas pasadas y actuales, yendo en contra de lo establecido.
En el rol de maestro de ceremonia figuró Tony Daza, quien hizo una introducción para ubicar a los presentes en el contexto del espectáculo. El público también celebró la creatividad y la pluralidad de la experiencia, mientras brindaban con un Rosé de Lolea o el coctel creado por Destileros Ancestral, homónimo al desfile.

Así se abren nuevas puertas para la inducción de estos estudiantes que pueden experimentar sobre la realidad del proceso creativo, que deja de ser un acto individual porque involucra a toda la comunidad del IDC que trabajó para alcanzar un fin determinado.
Para el Instituto de Diseño Caracas, este logro afianza su empeño de continuar ampliando y estableciendo oportunidades de estudio para quienes deseen desarrollarse profesionalmente en el mundo del diseño.