¿Puede la Inteligencia Artificial llegar a sustituir la creatividad humana? ¿Hasta qué punto podemos dejar en manos de la IA nuestras propias decisiones? Respondemos éstas y otras preguntas en esta conversación con la experta en tecnología y tendencias de futuro, Silvia Leal, e Ignacio Gutiérrez, CEO de Aygloo, empresa que ofrece soluciones de automatización de procesos basadas en algoritmos de Inteligencia Artificial.
Poco a poco, y casi sin darnos cuenta, la Inteligencia Artificial se incorpora a nuestro día a día. Desde una conversación con chabots como Siri o Alexa, pasando por sistemas de reconocimiento facial, drones, Big Data, Blockchain, el Internet de las Cosas e infinidad de aplicaciones incorporadas de manera imperceptible, por ejemplo, a vehículos inteligentes y que usamos sin necesariamente saber que lo hacemos, son apenas algunos ejemplos de lo cotidiano que comienza a ser la IA.
Si bien es cierto que la IA es más fiable y más rápida que el ser humano, sus modelos y algoritmos necesitan ser alimentados con datos fiables, que permitan que los resultados que se puedan obtener a partir de su uso, sean lo que realmente se espera en términos de eficiencia, productividad y veracidad, entre otros aspectos.
De acuerdo con Ignacio Gutiérrez, CEO de Aygloo, empresa que ofrece soluciones de automatización de procesos basadas en algoritmos de inteligencia artificial, uno de los “peros” que genera desconfianza hacia la IA, es que muchos modelos son “cajas negras”. “No explican cómo funcionan ni cómo llegan a un resultado. Por ejemplo: vas a un banco, solicitas un crédito y el banco te lo niega porque un algoritmo, un modelo, ha tomado esa decisión aun cuando tengas dinero y propiedades, pero el algoritmo te ha incluido en un grupo de individuos que tienen relaciones ocultas. Al final, sales del banco sin saber por qué te negaron el crédito”, dice Gutiérrez.
de la Inteligencia Artificial”
Otro caso puede ser el de la selección de personal, en el que el modelo fue “entrenado” para discriminar a las personas mayores de 45 años. Esto independientemente de la valía profesional del aspirante; simplemente porque en el conjunto de datos que se le ha cargado al modelo así lo ha establecido.
La IA vende más, pero no es creativa por si sola
Por su parte, la experta en tecnología y tendencias de futuro, Silvia Leal, explica que la alimentación de datos se hace cada vez más de manera automática, desde otras tecnologías como el Internet de las Cosas, que permanentemente están captando información. “Aunque es verdad que el ser humano mete también algunos datos, la mayoría son de otras tecnologías, incluso muchos son datos desestructurados que necesitan de otras tecnologías para poderlos gestionar”, afirma.
Pero: ¿cuáles deberían ser las competencias de las personas que, una vez colocado bien los datos, puedan gestionarlos de manera correcta. Según Leal, estamos hablando de los “Súper Profesionales”: personas con un perfil extraordinario, que les permite controlar de manera brillante su especialidad y que, además, tienen unas competencias digitales muy altas.
Entonces, contando con este tipo de profesionales súper expertos: ¿podemos tranquilamente dejar en manos de la IA nuestras decisiones?
Para Ignacio Gutiérrez, hay un área en la que las máquinas nunca no serán capaces, y es en igualar a la creatividad del ser humano. “Ahí no van a llegar. Puedes enseñarle a hacer diferentes cosas, como por ejemplo jugar ajedrez. La máquina analiza millones de movimientos y toma la mejor decisión, al punto de ganarle al campeón mundial de ajedrez”.
Comenta el CEO de Aygloo que ya existen máquinas que pueden escribir un libro, hacer una propuesta a partir de la lectura de muchos otros textos. Sin embargo, afirma que nunca producirá algo extraordinario cuando se necesite la creatividad del ser humano, de su artesanía creativa. “Hoy por hoy no es pensable que se pueda reemplazar la creatividad humana por las máquinas”, asegura Gutiérrez.
Sivia Leal coincide, pero ofrece una alternativa para la IA en áreas de la cultura como la música, por ejemplo. “Tienes el caso de la Sinfonía Inacabada de Schubert, que tuvo 197 años sin ser terminada, con solo dos movimientos, y un teléfono móvil hizo los dos que faltaban. Y no sabemos, ni sabremos nunca, si Schubert la hubiera acabado así, pero nos ha dado la posible continuación analizando el ritmo y el compás de los movimientos anteriores. ¿Quiere decir que la tecnología es creativa? No, pero puede ayudarnos a expandir nuestra creatividad, igual que nos puede ayudar a ser más productivos, a vender más, a atender mejor al cliente, pero eso no quiere decir que una gran compañía prescinda del ser humano”, afirma la especialista.
IA vs Creatividad
No cabe duda de que son las empresas las que tienen mayor capacidad de inversión para acceder a la IA. De hecho, es de allí donde se materializan las innovaciones en este campo. “Estamos en el inicio de la era de la Inteligencia Artificial”, asegura Gutiérrez y agrega que no sabemos aún cuál es el límite. “Poco a poco la IA irá resolviendo situaciones, no solo de las empresas, sino de cualquier ser humano, y tendrán estos procesos en su vida cotidiana.”
Para Silvia Lea, el gran talón de Aquiles de la Inteligencia Artificial, y a donde se están dirigiendo grandes recursos económicos para tratar de resolverlo, es el llamado “Olvido Catastrófico”. “Es uno de los grandes retos de Google y, aunque suene gracioso, implica que se le enseña a una IA a hacer algo y va aprendiendo cada vez más, pero luego le enseñas una tarea distinta y se olvida de la anterior”.
En conclusión: la IA puede expandir nuestra creatividad, pero no sustituirla. Siempre podrá aprender a mejorar las tareas para las que fue programada, pero esa misma IA no aprenderá nuevas tareas. Al menos no hasta el momento.
“Esa es la gran debilidad de la IA. Por eso es tan importante para el ser humano estar siempre aprendiendo, porque es lo que nos diferencia de las máquinas. Estas son inmejorables haciendo tareas concretas, pero a una máquina que sabe conducir un carro, y luego se le pone a cocinar, no vuelvas a ponerla de nuevo en el coche porque te estrellas”, finaliza Leal.
