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1796: el encuentro del ron con el café

Santa Teresa 1796 Café Arábica revela la pericia de Nancy Duarte, maestra ronera de esa casa, y la calidad de un suelo que produce una caña de azúcar y un café de primera.

por Mayte Navarro
1796 Café Arábica

La invitación de Santa Teresa para visitar su sede ubicada en El Consejo, estado Aragua, no estuvo exenta de cierto misterio. Se vislumbraba que la intención era la presentación de un nuevo producto y, al llegar a la Hacienda Santa Teresa, todo quedó al descubierto. Esa tarde se conocerían lo atributos de Santa Teresa 1796 Café Arábica, cuya primera producción se ha agotado, no sólo en Venezuela sino en Estados Unidos y ya causa sensación en Italia, Francia y España.

La bienvenida se hizo precisamente con un vaso que contenía la segunda edición especial de ron súper premium, el Santa Teresa 1796, que termina su destilación en barricas previamente utilizadas para envejecer el cold brew (infusión de café que se obtiene al frío). Lo interesante de este ron es que el café arábica se ha cultivado en la Hacienda Santa Teresa.

Cuatro veces añejado

Hay que destacar que Santa Teresa 1796 Café Arábica mantiene el triple añejamiento, producto de la combinación de rones envejecidos hasta por 35 años, que posteriormente se mezclan y nuevamente se añejan, primero en barricas y luego en toneles de Solera. Para esta edición especial, se incorpora un cuarto añejamiento en barricas de café arábica, donde se empapa del aroma y sabor de los mejores granos.

Es importante destacar que se trata de un café que se cultiva en las montañas de la hacienda Santa Teresa, donde se cosecha desde el siglo XIX. Café Alcatraz, que es su nombre propio, tiene un sabor único. Sus notas en cuanto a los descriptores son de caramelo, polvo de cacao, chocolate oscuro y una acidez málica, que se asocia a las manzanas.

Al ser productores de su propio café, se establece una diferencia dada por la calidad del producto. Se trata de un grano 100 % arábica. Además, el café que se usó fue un blend compuesto por las variedades Bourbon y Villanueva, el primero de ellos caracterizado por su dulzor y calidad.

Al conocer el proceso de selección del café que estará en contacto con el ron, se explica que el grano verde se selecciona por su tamaño. Se escogen los más grandes que garantizan mayor calidad. Luego se logra un tostado de intensidad media y una vez finalizado ese proceso, se llevan a una tolva de enfriamiento.

1796 Café Arábica

En su añejamiento, el ron reposa durante tres meses en barricas de roble blanco americano, que previamente han almacenado un cold brew de ron y café, cuyos granos fueron sembrados y cosechados por integrantes de Proyecto Alcatraz en las montañas de la Hacienda Santa Teresa, según explicó Andrés Chumaceiro, director de operaciones de Ron Santa Teresa. La cosecha de café se extiende por unas 20 semanas.

Alberto Vollmer y Nancy Duarte, maestra ronera
de Santa Teresa

El resultado de este cuidadoso proceso es un ron con notas suaves y balanceadas de café, perfecto para degustar solo o en las rocas. Su perfil de sabor, con solo 3 gramos de azúcar por botella, lo convierte en una opción ideal para aquellos que buscan un ron complejo y sofisticado.

“Nos aseguramos de realizar una selección meticulosa de tostado y molienda de los granos de café para que todos tuvieran el nivel ideal a utilizarse en el cold brew que se alojaría en las barricas, donde luego Santa Teresa 1796 Café Arábica es finalizado”, señaló Nancy Duarte, maestra ronera de Santa Teresa.

El trabajo de Duarte denota su búsqueda por un destilado delicado el cual, presentando 46 grados de alcohol, no resulta agresivo y la mejor forma de degustarlo es con una gran piedra de hielo.

Esta segunda edición especial de San Teresa 1796 convocó a dos productos que en el transcurso de la historia han sido bandera en la economía venezolana, un país que continúa siendo tierra cafetera y ronera.

1796 Café Arábica

La producción de café Alcatraz alcanza los 20 quintales y está a la venta en tiendas gourmet y en algunos supermercados de Caracas.

Alcatraz, significa esperanza

Escuchar a los integrantes del Proyecto Alcatraz es gratificante, porque nos enseñan que siempre hay una segunda oportunidad que no se puede ignorar.

Oír a “Mae” Merchán hablar sin rencor de su pasado y enfrentar su futuro con entusiasmo y la cara en alto, bien valió un brindis. Los alcatraces, los jóvenes que se han incorporado el proyecto, forman parte de la marca porque trabajan en varias etapas de la fabricación del ron. Hacen su trabajo con orgullo y están conscientes de que han contribuido a los múltiples premios ganados nacional e internacionalmente por la marca. Pero también está el deporte, donde la disciplina y los aplausos los han hecho campeones del rugby venezolano.

Dos de ellos estuvieron como bartenders en la celebración y prepararon varios cocteles para los invitados que degustaron la segunda edición especial de 1796. También se ofreció un desfile de preparaciones en armonía con el ron. Un debut protegido por los esbeltos chaguaramos, los guardianes de la tricentenaria casa de la hacienda Santa Teresa, testigo de tantos sucesos.

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