El periodista Ricardo Estrada busca convencer, en 15 capítulos, acerca de la delicia que es nuestro pan de cada día: intenta “enamorar por medio de la arepa”. Y lo consigue, a sabiendas de que en esta materia aún hay mucho que amasar.
Ricardo Estrada Cuevas presentó Arepólogo, su primer libro recién salido del horno, (escrito a seis manos en colaboración con Calhermi Naranjo y Jorge Sayegh) con fotografías de Anabella Padula, Johan Quintero, Jey Medina, Hely Salas y Germán Roig.
El Arepólogo nos lleva a transitar el redondo mundo de la arepa y nos deja ese sabor en la boca a “quiero más”; y no es solo por el necesario y rico paseo histórico-antropológico que nos acerca un poco más al origen del preciado manjar, al grano de maíz y su revelación como masa sabrosa, llevándonos desde la “arepa nativa” hasta la “moderna”, pasando por las características propias según cada región.

Además, esta misión casi suicida de comprimir en 117 páginas el universo inagotable de nuestro pan de cada día, colocó a Estrada en una cuerda floja, dejando por fuera más de una suculenta combinación. Sobre todo ahora cuando, por obra y gracia de la diáspora obligada, millones de arepólogos se han dispersado por el planeta, rellenando con inimaginables mezclas las arepas asadas o fritas en Chile, Perú, Estados Unidos, España, Dinamarca, Japón, Bulgaria… y pare usted de contar.
Pero el autor fue hábil, y casi al final de la edición propone un espacio para la imaginación, una red de seguridad que lo salva de ser indiferente a tantas posibilidades: “Escriba la arepa de su creación”, nos dice disponiendo un par de hojas a rayas para uso del lector. Algo así como: “mate su antojo usted mismo, pues”.
El autor es Comunicador Social, pero su gusto por los fogones lo llevó a realizar el curso de Arte Culinario Venezolano en el Centro de Estudios Gastronómicos (CEGA). No contento con eso, y para maridar legalmente sus creaciones, hizo un Diplomado de Cultura en Vinos y Spirits en la Universidad Metropolitana, en Caracas.
En los últimos 10 años, Ricardo Estrada se ha dedicado a la investigación y prácticas culinarias que le han permitido ahora darle una forma más redonda a sus ideas y vivencias. Es así como Arepólogo está pleno de su entusiasmo por dar a conocer parte de la esencia gastronómica venezolana.
Se trata de un gran trabajo de equipo el que hizo posible este proyecto editorial, que pone en contexto histórico y gastronómico, con palabras y fotografías, un alimento que nos define como país y como cultura. Un libro que se come con los ojos y que es digno de estar en la biblioteca de quienes se precien de ser también arepólogos de nacimiento.