90% de los partos en Latinoamérica se realizan por cesárea. Para promover el parto natural, la OMS celebra este año, del 16 al 22 de mayo, la Semana Mundial del Parto Respetado, propiciando «el respeto por las necesidades de la madre y su bebé en cualquier situación”
Este año la Organización Mundial de la Salud (OMS), celebra la Semana Mundial del Parto Respetado bajo el lema «El respeto por las necesidades de la madre y su bebé en cualquier situación”. La intención es promover acciones que permitan reducir la cifra de partos por cesárea, que en el caso de Latinoamérica actualmente se ubica en 90%.
En el caso venezolano, y de acuerdo con estudios realizados por el gineco-obstetra y perinatólogo, Carlos Luis Hernández Castillo, miembro fundador del Grupo Médico Santa Paula (GMSP) 55% de las parturientas primerizas optan por el parto naturalizado.
Este dato entusiasma al especialista porque su intención es la de “revertir un poco las cifras anteriores. Quisiéramos realizar las cesáreas solamente cuando fuera estrictamente necesario.”
Asegura Hernández Castillo que el parto naturalizado permite una recuperación mucho más rápida, tanto de la madre como de su recién nacido, quien tendrá un desarrollo psico neuro emocional ideal. El gineco-obstetra propone dar al paciente la libertad de escoger las medidas médicas y paramédicas que complementan los cuidados en el trabajo de parto de la madre.
Una ventajosa decisión
De acuerdo con el perinatólogo, muchas pacientes ni siquiera solicitan la anestesia y logran superar las molestias del parto de manera natural, aun teniendo el apoyo del anestesiólogo para ayudar a aplacar un poco los malestares de las contracciones y del trabajo de parto.
“Tratamos de luchar contra todos los mitos del parto natural, sobre todo en lo que se refiere al dolor en este proceso”, dice el doctor del GMSP.
Señala que es a partir del 5 o 6 mes de embarazo, cuando se plantea la posibilidad del parto natural a la paciente. Aprobarlo conlleva toda una preparación psicológica y física para afrontar entre 5 a 8 horas de labor de parto, en la mayoría de los casos.
“Siempre tratamos de evitar que la paciente tenga esa idea de que el trabajo de parto va a ser demasiado largo o doloroso. Muchas veces logramos sorpresas, y cuando motivamos a la parturienta a que espere el momento del inicio de sus contracciones de forma natural, muchas llegan ya con 5 centímetros de dilatación, lo que hace ese trabajo mucho más corto. En 5 horas ya pueden tener a su bebé en los brazos”, asegura el doctor Hernández Castillo.

Volver a lo natural
A su juicio, en el país se está volviendo al parto natural con mayor frecuencia por sus beneficios, entre ellos: evitar las posibles complicaciones de una intervención quirúrgica como la cesárea, aun considerando lo avanzado y depurado de los procesos, y de la anestesia.
“Para el recién nacido hay muchas evidencias de que su desarrollo psico neuro emocional es mejor. En los partos naturales está el apego precoz y por eso, hasta en las cesáreas, se está tratando de que exista, por la incidencia positiva en el recién nacido”.
Añade que dicho proceso tiene como elemento positivo que las primeras bacterias que van a ingresar al sistema digestivo son producto de la vía del parto y de la piel de su mamá; no de bacterias del retén. “Prácticamente ya no se utilizan los retenes en instituciones como el GMSP. Tratamos de que el apego precoz sea seguido por el acompañamiento de la madre durante toda su hospitalización con el bebé».
Vocación y valentía en el parto naturalizado
La opción del parto natural está abierta a toda madre, pero hay condiciones que deben ser contempladas por la embarazada, al momento de tomar la decisión.

que la paciente tenga esa idea de que el trabajo
de parto va a ser demasiado largo o doloroso».
“En mi experiencia tienen que cumplir con tres condiciones: primero, la vocación para el parto. Segundo, la preparación, que incluye la parte emocional y física; hacer ejercicios porque el trabajo de parto puede durar entre 8 o 9 horas y hay que tener resistencia en esos casos”.
La tercera condición es tener valentía, advierte el especialista. “Es un proceso que tiene sus molestias, pero también tiene grandes satisfacciones”.
Refiere el galeno que hay casos en los que no es posible el parto natural. Menciona la existencia de placenta previa, la cual no permite el descenso del bebé; pacientes que puedan tener algún tipo de fractura o anomalía en la pelvis que impidan el parto.
Tampoco cuando el bebé se encuentre en una posición transversa, es decir: no se pone de cabeza, lo que impide la posibilidad del parto.
Tampoco es recomendado en pacientes con anomalías como los fibromas uterinos o miomas, que impiden el descenso del bebé.
Espacio, preparación y equipamiento
Para Hernández Castillo es fundamental contar con una infraestructura y equipamiento adecuado para este tipo de partos. Comenta que en el GMSP existen 5 habitaciones construidas y dotadas para tales fines, permitiendo a la paciente caminar junto a su pareja, un familiar o su asistente profesional o doula, y hacer ejercicios con una serie de implementos.
“Muchas toman un baño de agua caliente que las ayuda a relajarse. Además, existe control de temperatura que es un problema para un bebé recién cuando nace en el quirófano pues, de 37 grados en el vientre de la madre, pasa a 17 grados, y ese cambio brusco debe cuidarlo un pediatra o neonatólogo porque hay ciertos riesgos si el bebé se enfría. Acá no sucede”, concluye el perinatólogo.