Es un hecho que el consumidor es cada vez más cuidadoso a la hora de escoger los productos que llevará a casa para la sana alimentación de su familia. Lee con detenimiento las etiquetas, observa los empaques, compara cualidades y toma decisiones.
Es por ello que los procesos de control de calidad en las empresas, no solo deben estar acreditados por las mejores prácticas que internamente desarrollan, sino también por la ética y la estricta normativa que entes como la Comisión Venezolana de Normas Industriales (COVENIN), programa y coordina en el país desde 1958.
Del mismo modo, el envasado o empacado de los productos también es de suma importancia para garantizar que los mismos lleguen al hogar en las mejores condiciones de asepsia e inocuidad.
La licenciada Carmen Zambrano, especialista en Manejo de Alimentos y Coordinadora de Aseguramiento de Calidad del Grupo San Simón, explica que la capacitación y la experticia del recurso humano que trabaja en estas áreas, son fundamentales para agregar valor a la cadena de producción en un sector vital para la alimentación de los venezolanos como lo es la industria láctea.
“En nuestro caso, el capital humano está conformado por jóvenes proactivos que se han sumado a quienes tienen ya muchos años en la empresa, y siguen aportándole a las nuevas generaciones su conocimiento. Son profesionales comprometidos con el mantenimiento de la calidad que por más de 79 años ha caracterizado al Grupo San Simón”, señala Zambrano.
Calidad certificada
Explica la especialista que, a lo largo de su historia, la empresa ha potenciado sus equipos con grandes inversiones dirigidas a automatizar y digitalizar su línea de pulverización. “Para este año está programada la instalación de otra línea de condensación, con la idea de satisfacer las necesidades del mercado”, señala.
En el área de Aseguramiento de la Calidad, San Simón cuenta con un capital humano conformado por 13 analistas universitarios y técnicos superiores, así como ingenieros en alimentos, biólogos y zootecnistas muy bien capacitados.
Estos profesionales laboran en los laboratorios de físico-química y de análisis microbiológico de la corporación. El primero de ellos se encarga de todos los análisis de las mezclas en seco, leche en polvo y de larga duración, así como de los néctares y jugos; mientras que el laboratorio de microbiología analiza todos los productos de San Simón antes de darle salida hacia el mercado, garantizando así su consumo de manera inocua.
“Tenemos además un Departamento de Permisología encargado de los procesos de registro sanitario. Todo esto lo complementamos con la certificación de un laboratorio nacional externo, autenticado por COVENIN, y que avala también nuestros parámetros de calidad y los valores nutricionales de nuestros productos”, explica la licenciada Zambrano.
Convenientes empaques
La corporación San Simón empaca sus productos en polvo en bolsas trilaminadas y en envases TetraPak para las bebidas de larga duración UHT. “Ambas presentaciones garantizan que el producto permanezca estéril y mantenga sus propiedades organolépticas y sensoriales, protegiéndolos de la luz. Además, este tipo de empacado asegura el tiempo de vida que establece la normativa, el cual varía de uno a dos años según el producto”, dice la especialista en alimentos.
San Simón produce las mezclas en seco Choco Rico, Lacto vigor y Chicha en polvo, así como el producto estrella de la organización: Leche en Polvo San Simón y la bebida láctea Montaña Fresca. Entre sus nuevos productos está la Chicha Líquida UHT.
El Grupo San Simón está presente cada vez en más ciudades, abarcando prácticamente todo el territorio nacional y con miras a seguir creciendo.
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