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Las salas de cine adelantan apertura

por DeConveniencia
Coincidiendo con la entrega del Premio Nacional de Cultura y los 124 años del Cine Nacional, el Gobierno autorizó la reapertura «programada y segura» de teatros, museos, salas de cine y espacios culturales del país, a partir del próximo 25 de enero y bajo el esquema de flexibilización 7+7. Sin embargo, los preparativos para reactivar las salas, podrían tardar hasta 15 días.

Con  la reapertura de los cines, específicamente, se benefician unas 2000 personas relacionadas con la industria de la exhibición y la cinematografía en el país. Por otra parte, el aporte al fisco por concepto de cada ticket vendido, deja 16% al Seniat, 10% a las alcaldías a través del Impuesto Municipal de Espectáculos Públicos y 5% al Centro Nacional de Cinematografía. En un año “normal”, se realizan unas 478 mil funciones de cine aproximadamente, en más de 360 salas en todo el país. Son 64 complejos cinematográficos en 29 ciudades y 34 municipios.

¡Listos, pero… ya va!

Abdel Güerere, presidente ejecutivo de la AVEP

Para Abdel Güerere, presidente ejecutivo de la Asociación Venezolana de Exhibidores de Películas, Avep, el mecanismo 7+7 es muy difícil de manejar desde el punto de vista financiero si lo que se busca es, al menos, la sustentabilidad de los complejos cinematográficos del país. “No estamos apuntando a la rentabilidad en cuanto a que haya beneficios, sino a un punto de equilibrio entre ingresos y gastos que permita la sustentabilidad”, comentó a DeConveniencia. “Hay que ver cómo funciona estar 7 días abiertos y 7 cerrados, porque hay que rescatar al público”.

Por otro lado, recordó que las salas de cine han estado “en hibernación” por 10 meses y que, a partir del anuncio de reapertura, cada empresa entrará en un período de “pre-producción” por 15 días aproximadamente. Esto quiere decir que la exhibición de películas no será posible de inmediato, a pesar de haber sido autorizada.

“Esto no es una bisutería, donde pasas un trapito a la mercancía y abres el negocio”, dice Güerere. “Implica labores de bioseguridad, pero también de mercadeo, de negociación con los distribuidores para saber cuáles son las películas que estarán disponibles para el territorio venezolano al momento de la apertura. Ese es un tema de cada exhibidor con los distribuidores”.

También hay que tomar en cuenta que se requiere el buen funcionamiento de una serie de servicios públicos para el cabal desarrollo de la exhibición cinematográfica. Güerere enumera algunos: electricidad, agua, Internet para la compra de entradas y para que el público se entere de las películas; gasolina para que la gente se pueda movilizar, transporte público… Todo esto sin contar con el tema de los horarios de los centros comerciales.

Super Cines Aviadores, Palo Negro, estado Aragua

Por otra parte, de las 360 salas que existen en Venezuela, muy probablemente abrirán solo una o dos de ellas por cada complejo cinematográfico, según Güerere. “No podemos pensar que Caracas es toda Venezuela: representa poco menos del 40% de los tickets vendidos al año”, dice.

Bioseguridad ante todo

Güerere comenta que, entre otras cosas, el gremio planteó al Ejecutivo Nacional una serie de medidas de bioseguridad a implementar al momento de reabrir las salas de cine. Entre ellas  propuso operar hasta con 40% del aforo por sala, dejando una fila de por medio entre los espectadores y la realización de una limpieza profunda entre una función y otra.

Empresas como Cines Unidos ya han publicado en sus redes sociales cuáles serán sus medidas de bioseguridad. Por ejemplo, ha dicho que abrirá con tan solo 30% de su aforo y que implementará, entre otras, medidas como el uso obligatorio de mascarillas, medición de la temperatura a los usuarios y aplicación de gel antibacterial, distanciamiento físico, habilitación de equipos electrónicos para la compra de boletos y el mantenimiento de las puertas abiertas en las salas para una mejor circulación del aire.

En todo caso, como en cualquier otra circunstancia y lugar, el apego al sentido común y a las normas de bioseguridad ya conocidas, deben prevalecer para que una actividad como la exhibición cinematográfica, tan importante en lo cultural como en lo económico, retome su lugar y siga siendo protagonista de buenas noticias.

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