Cuando conocemos que el diseñador Robín Morales buscó en su propio portafolio la inspiración para la primera colección de 2025, podríamos pensar que hay un pasado extenso que le permite comparar y reinterpretarse así mismo.
Sin embargo, con este ejercicio, el diseñador no pretende mostrar ese pasado que todavía es corto, sino que persigue revisar ese camino andado para subrayar su propio estilo y reconstruir lo hecho, reinventarse para mostrar que en cada creación se siente el dominio de lo visto, lo aprendido.
Al mismo tiempo, Robín Morales deja de manifiesto que busca crear una marca con una personalidad definida, donde lo nuevo viene de una investigación muy particular. Pero también hurga en aquello que como estudiante le interesó, en el manejo de sus propias técnicas, aplicando aquellas que aprendió de su abuela, su gran inspiradora.
Mantener a raya las tendencias
Pero hay más: no quiere sentirse atrapado por las tendencias. Quiere reinventarse. La razón va más allá de un acto de rebeldía, ya que está consciente de lo cambiantes que son esas tendencias y Robin Morales busca que sus colecciones sobrevivan en un armario por varias temporadas, por eso utiliza textiles nobles, que sean capaces de acompañar esa larga y atemporal existencia.
Una iniciativa que habla de su interés por el medio ambiente y por no formar parte del fast fashion, que generalmente no cuida el detalle, lo que para Morales es algo que lo obsesiona. Ese remate limpio, ese pliegue derecho o uniones que se hagan invisibles.
Balance y movimiento
Robín Morales confiesa que el movimiento está omnipresente en esta propuesta porque el ballet es una disciplina que le atrae y le propone ideas. Eso explica las lazadas, los volantes y lo asimétrico de sus vestidos.
El diseñador explica lo que siempre lo ha motivado: las siluetas entalladas, los volúmenes y vuelos, porque son todo un desafío a la hora de lograr un equilibrio. Busca el balance entre lo clásico y lo moderno.
Individualidades
En esta primavera 2025, reintroduce modelos que utilizan piezas por separado y que pueden ser combinadas fácilmente. Una idea dinámica que incorpora a la cliente para que ella, a través de los diseños de Robín Morales, pueda crear su propio estilo, su propia moda.
Por ello encontramos tops que pueden combinarse con modelos de faldas de tres largos distintos: maxi, midi o mini. A los pantalones les da un protagonismo especial, acampanando la bota, y lo irregular se encuentra en escotes o en el largo de un traje de noche. Esta es una fórmula que puede satisfacer a las de gustos más clásicos como también a las más arriesgadas.
Reinventarse
Si para el día y para esos momentos informales prefiere los algodones puros, bien sea en batista o popelinas, para la noche trabaja con tafetanes de seda y el brillo lo incorpora en tejidos metalizados.
Robin Morales arma y desarma con un solo objetivo: definir su propia identidad.
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