El empresariado venezolano no se detiene en el desarrollo e implementación de programas de Responsabilidad Social que contribuyan a abrir caminos para las personas de menores recursos. La Obra Social de la Madre y el Niño es uno de ellos.
No son pocas las empresas que avanzan bajo el lema “Hay que enseñar a pescar y no dar el pescado”, muy popular entre los defensores de la educación como la base de formación y desarrollo para la sociedad, respaldando de esta manera la labor de organizaciones sociales que hacen un trabajo continuo en zonas populares.
En este sentido la empresa Opeconca, ligada al sector construcción y dirigida por el ingeniero Benito Rodríguez, viene realizando una tarea constante de respaldo a la Obra Social de la Madre y el Niño (Osman), cuyo principal radio de acción se ubica en Artigas. Desde esta institución presidida por la hermana Ángela Gómez Tovar, se ofrece atención integral a las madres que no cuentan con el apoyo de un hogar estable, ni con los recursos económicos para costear el hospedaje de niños que necesitan viajar desde el interior del país a Caracas, para recibir tratamiento médico en distintos hospitales públicos.
Osman admite el alojamiento de menores, cuyo diagnóstico no implique enfermedades infectocontagiosas, acompañados únicamente de su madre.
Formación para emprender
Por otra parte, en su sede se lleva adelante el programa de formación continua en Peluquería, Barbería, Repostería, Panadería y Maquillaje. Estos talleres han sido diseñados por docentes de cada área, con el fin de brindar herramientas que generen ingresos a los participantes, contribuyendo así a mejorar sus condiciones y niveles de preparación, posibilitando el alcance de una mejor calidad de vida.
Los talleres, que se desarrollan de lunes a viernes, han ido aumentando su capacidad ofreciendo cupo a grupos de entre 15 y 20 personas, en el horario de 2:00 pm a 4:30 de la tarde. De esta manera favorecen en buena parte a la comunidad cercana a la institución, ubicada en la calle G de Artigas.
Tanto OPeconca como Osman trabajan bajo la premisa de que las personas deben tener, desarrollar y prepararse en el ejercicio de un oficio que les permitan poner en práctica sus habilidades personales, porque ello contribuye a la generación de emprendimientos individuales.
Jugar a aprender jugando
Del mismo modo, Osman ha puesto en práctica diversas Sesiones de Refuerzo Escolar, denominadas de esta forma porque en ellas se gestiona una serie de actividades prácticas para el desarrollo del pensamiento, la lectura y la escritura. Estas actividades de apoyo suelen estar sustentadas en jornadas de actividades lúdicas y recreativas que favorecen el trabajo en equipo y la estimulación hacia el estudio.
Explica Rodríguez que Osman forma parte de una labor constante que tanto él como su familia vienen realizando, pues consideran fundamental que la sociedad se active desde las instancias desde donde cada quien trabaja y produce sus recursos, acompañando a los más necesitados en su formación académica, espiritual y humana “con el fin de que puedan superar sus carencias desde su participación e interés individual. Solo de esta forma alcanzaremos el desarrollo colectivo y, en consecuencia, ese país de posibilidades que todos soñamos”, concluye Rodríguez.